El caballo es, posiblemente, uno de los miembros del reino animal que más belleza y elegancia transmite, su porte majestuoso ha enamorado al ser humano desde tiempos inmemoriales coincidiendo todos en que gran parte del secreto de la divinidad de este animal reside en su pelaje: la crin y la cola. Una crin y una cola brillantes son síntoma de salud, por tanto, una de las grandes preocupaciones es esa: ¿cómo aportarles ese brillo tan característico?.
Cualquier animal domestico necesita de sus cuidados y por lo tanto el caballo no puede ser menos, toda la piel de nuestro animal ha de ser cepillado casi a diario y también incluimos la cola y la crin sobretodo si nuestro animal pasa bastantes horas en el exterior. De esta manera nos aseguramos que eliminamos las sustancias que quedan en el pelo como puede ser el polvo, barro y también parásitos, y permitiremos que su piel transpire correctamente a la vez que genera aceites y ceras propias que aportan brillo. Algunos expertos aconsejan también baños frecuentes en los que incorporar champús especiales para el cuidado del cabello de estos animales, o, después de los cepillados, pulverizar al animal con siliconas en spray que sirven para que el pelo adquiera fuerza y consistencia.
La alimentación también es muy importante. Todos los animales producen ceras y grasas que les ayudan a mantener en perfectas condiciones sus pieles. Estas grasas forman parte de las estructuras cutáneas, aportándoles rigidez, elasticidad, etc., mientras que los aceites son los principales culpables del brillo. Así que, si enriquecemos la dieta del caballo con éstas, lograremos ese brillo tan deseado. Los piensos compuestos que encontramos en el mercado ya se encargan de aportar al caballo las grasas y aceites necesarias, pero si queremos potenciarlo podemos añadir una cucharada de aceite vegetal al pienso o forraje suministrado.
La alimentación también es muy importante. Todos los animales producen ceras y grasas que les ayudan a mantener en perfectas condiciones sus pieles. Estas grasas forman parte de las estructuras cutáneas, aportándoles rigidez, elasticidad, etc., mientras que los aceites son los principales culpables del brillo. Así que, si enriquecemos la dieta del caballo con éstas, lograremos ese brillo tan deseado. Los piensos compuestos que encontramos en el mercado ya se encargan de aportar al caballo las grasas y aceites necesarias, pero si queremos potenciarlo podemos añadir una cucharada de aceite vegetal al pienso o forraje suministrado.
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